En Cora con las visitas a los pobres y necesitados, los chicos se ejercitan en la caridad, aprenden a sentirse solidarios con las necesidades ajenas, y descubren de modo muy práctico que el amor a Dios y al prójimo son inseparables. Desde el inicio, se ha seguido siempre este camino de poner a los jóvenes en contacto con las personas más necesitadas de la sociedad, para llevarles alivio y consuelo. Decía San Josemaría que “la fortaleza humana de la Obra han sido los enfermos de los hospitales de Madrid: los más miserables; los que vivían en sus casas, perdida hasta la última esperanza humana; los más ignorantes de aquellas barriadas extremas”.
Además de ser un medio para madurar humana y cristianamente, responde a una necesidad en todos los lugares. Aun donde existe mayor desarrollo económico, hay gente necesitada o personas enfermas o solas, sin nadie que las atienda: “vemos cada día lo mucho que se sufre en el mundo a causa de tantas formas de miseria material o espiritual, no obstante los grandes progresos en el campo de la ciencia y de la técnica. Así pues, el momento actual requiere una nueva disponibilidad para socorrer al prójimo necesitado” (Benedicto XVI, Encíclica Deus caritas est , n. 30.)
Los martes por la tarde de 17.15 a 19.00 ayudaremos en Cáritas (Parroquia El Calvario) a repartir alimentos y atender a las familias necesitadas. Serán grupos de 3 ó 4. Otro grupo ayudará también a mediodía para dar comida a los “sin techo”. Como siempre, se apuntan los que quieran y puedan hacerlo. Y, como veníamos haciendo, cuando sea posible volveremos a ayudar en algunas residencias de ancianos, sobre todo, para hacerles compañía, porque la soledad es la peor de las situaciones. Coordina: Javier Parra.